Ya estaba húmedo allí
cuando metí la cabeza entre tus piernas
Pasé la lengua por donde señalaste
primero lentamente
luego con ritmo
hasta que te pusiste a gemir
como dijiste que sudedería
pensé que aquello estaba bien
lo repetimos
tú dijistes que me amabas
yo dije que el amor no era algo predecible
pero que me gustaba sentirte mojada
y hacerte reir.
Ernesto Pentón
madrid 23/09/09