sábado, 23 de enero de 2010

CAPÍTULO IV de la Tesis doctoral " Las pioneras de la medicina en Gran Bretaña"

“We are dealing with an existential terror of women... men have deep rooted castration fears which are expressed as horror of the womb... These terrors form the substrata of a myth of feminine evil which in turn justified several centuries of gynocide...”
(Dworkin, Andrea. Cita tomada de Miles, Rosalind. The Women’s History of the World. Paladin Grafton Books. Londres, 1990).
Aclaremos en primer lugar el origen de la palabra ginecología. En 1630, el profesor de Medicina de la universidad de Rinteln (Alemania), Joannes Petrus Lotichius (1598-1669) publicó un tratado sobre la naturaleza de la mujer, bajo el título de Gynaicologia. Es interesante señalar que este autor negaba la doctrina de la inferioridad femenina, afirmando, por el contrario, que la mujer era físicamente perfecta. El término Gynaecologia, con la grafía adoptada posteriormente, apareció por vez primera como título de un tratado médico legal sobre la sexualidad femenina, publicado en 1730 por el doctor de Dresden, Martin Schurig, que incluía temas tales como la ninfomanía, la castidad, el coito pre-nupcial, la violación, el vaginismo, el lesbianismo, etc. Ambos aspectos, el discurso sobre la naturaleza de la mujer y el interés médico-legal sobre las funciones sexuales de la mujer, formarán parte importante del análisis de la feminidad que se desarrolla durante el siglo XIX y pretendemos analizar brevemente en este capítulo. No podemos separar la visión de la mujer ofrecida por los antropólogos, filósofos, biólogos, etc., de la ofrecida desde la ginecología, ambas se complementan y se desarrollan a partir de un sustrato ideológico común, pero esta última requiere un tratamiento más extenso.
Hemos visto cómo la mujer fue considerada durante siglos, siguiendo la visión de Aristóteles y Galeno heredada después por la tradición cristiana, como un hombre disminuido, y sus órganos sexuales como la versión invertida de los órganos masculinos. Hemos comentado asimismo cómo los descubrimientos de la anatomía fueron conduciendo durante los siglos XVII y XVIII a la construcción de la visión de hombre y mujer como sexos diferentes. La mujer quedó entonces definida en función de los órganos que la diferenciaba radicalmente, lo que queda patentemente reflejado en la frase de Van Helmont (1577-1644) «Propter solum uterum mulier est id quod est».
A mediados del siglo XIX, se establece la teoría ovular de la menstruación, que consideraba que ésta era provocada por la liberación del óvulo, coincidiendo, por tanto, con la fertilidad y el momento de mayor deseo sexual en la mujer. Esta teoría lleva a considerar los ovarios como el órgano fundamental de la sexualidad femenina, la sede de la diferencia esencial, hasta el extremo de que el médico francés Achille Chéreau (1817-1885) propuso cambiar la frase de Van Helmont por esta otra: “Propter solum ovarium mulier est id quod est”. Este desplazamiento del centro de la feminidad a los ovarios es fundamental para comprender la práctica de la ovariotomía, la castración femenina, de que hablaremos más adelante. «Woman was, by definition, disease or disorder, a deviation from the standard of health represented by the male». [1]
Según la medicina victoriana, la mujer es un ser definido y limitado por sus órganos y funciones sexuales y un ser enfermo o al borde de la enfermedad, tanto física como psíquica, siendo esta enfermedad provocada por las mismas funciones y aparato reproductor que la definen. «...woman’s physical and mental peculiarities derive from her reproductive function and that pathology defines the norm of the female body... [2]
De forma que podríamos decir que, según la medicina victoriana, la mujer es una enferma en virtud de su propia naturaleza, su propia razón de ser, que es la reproducción de la especie. Los trastornos y el malestar psicológico de las mujeres quedan explicados por su propia naturaleza y fisiología, sin cuestionar en ningún caso la forma de vida harto desequilibrante que se le impone.

martes, 5 de enero de 2010

Poema "El dice"

El dice que la poesia de amor,
se ha vuelto comercial
y eso me ha dolido
dice tambien que no es de calidad
y eso me ha dolido
tambien que no es honesta
ha dolido.

Nada tiene ausencia de amor
todo los teclados,
todos los misterios de la luz
son de amor,
la mas grande cancion se escribio por amor
a la tierra, a la pareja, al sol, a la piel de la manzana.

¿Quien podria mover el mundo si este no lo hiciera?
el amor a mi cuerpo
a mi hermano rojo, azul, o verde.
el amor al estremecimiento de sus manos en las mias
a su boca infinita de mil sabores,
a las heridas que sangran y que voy curando apenas veo.

Como no podria amar sus grandes ojos de cielo?
recordar el rosa de su piel al agitar de las sabanas?
o quizas su aliento besando mi cuello?

Te dejo tranquilo poeta,pero no puedes llamarte,
como te llamas...sino cambias tu barco de rumbo.

nina salinas