En rebelión estaba la carne
iba y venía
con forma de pechos.
Como un gran cajón de peras y manzanas
todas iguales pero distintas.
Nadie dirÍa que eran lunas ni soles
eran mas
eran vida
eran leche para llenar el estómago
para dar vida sin muerte.
Simplemente bailaban hasta el amanecer
las pieles.
Estaban desnudos
ayer alimento
hoy poderío
sólo volcanes
deseados por todos los sexos.
Los que aún no tocaron las montañas
de besos.
Como hoy las gentes
saben sólo de una botella de plástico,
tiradas por doquier.
Olvidaron el placer de la rebelión de los
pechos.
Nina Salinas
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