CAMINOS DE PIEL
Las luces de tus dedos han prendido
las olas de esta piel embravecida,
escamas de sirena desprendidas
se rinden a tus pies, ya me he vencido.
Me roza la textura de tus yemas
y el vientre se me funde: miel y vino.
Han labrado tus labios un camino,
palpita desde tu alma a mis caderas.
Cachorro prisionero de tu sangre
enciéndome de gozo y aventura,
no eludas el dolor que nutre el hambre,
pues llora ya la piel de mi cintura;
sacude mi pasión cien mil calambres
y endulzan este amor que toma altura.
Idoia Arbillaga
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