lunes, 10 de febrero de 2014

Canto al espejo

Dos lunas en silencio,
dos cuerpos esperando,
insaciable como siempre,
mordiendo con su deseo intacto,
estúpida yo creyendo su por favor,
nada, yo pedia por favor despues de
cuatro temblores y sus sutnamis,
lamiendo todo lo que hubiera a su paso
su falo caliente, sus extremas fragancias
de su abrazo, a almizcle, canela, naranjas,
el sudor era uno sólo no se sabe cuanto,
y quien bebió el agua,
sólo se que me esperaba dormir muy tarde,
muy rota de piernas y caderas desmadejadas,
cuanto añoré aquella carne salada,
agreste, prieta y achocolatada,
entre brumas y sombras se hizo el alba,
ahora lejos de aquella isla despierto fria
y sola, sabiendo que sólo fué una vez,
y para siempre nada.

Nina Salinas.

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